Como en el resto de los bienes patrimoniales, el amplio mundo relacionado con Cofradías y Hermandades debe ser conservado en sus mejores condiciones dado no sólo su carácter histórico-artístico si no también devocional y de culto. Por ello, arquitectura, pintura, escultura y artes suntuarias – que enriquecen e imbrican todos los bienes relacionados – necesitan ser estudiados en sus aspectos materiales y técnicos, analizados sus problemas e intervenidos bajo rigurosos criterios que permitan su mejor preservación. Su carácter religioso supone, además, un respeto exquisito en la actuación conservadora, mejorando su contemplación, ampliando su conocimiento al estudioso y acercándolas espiritualmente al devoto.